Esperando que estés en la inmensidad |
Desde entonces me convertí en el centro de atención de la casa, pero luego de un tiempo comencé a notar que la casa se quedaba vacía, pensé que me llevarían, hasta que un día me llevaron a casa del señor fastidioso y casi gracioso que se la pasaba molestándome, lo odié esos días. Nunca me fueron a buscar y luego este señor me llevó a casa de otro señor peor que él que me abandonó porque no lo defendí de unos ladrones, ¿Acaso yo era policía?, yo también me asusté. Ahora vivo en todos lados, acompaño a Ramón a hurgar en la basura, él me cuenta cómo era su vida cuando tenía familia, cuando todavía era alguien "bueno" con los demás. Yo veo en Ramón lo que nadie más ve; él es víctima del destino y de la omisión de algunos ¡Pobre diablo!.
Hace tiempo ya me siento extraño, Ramón ya no me ve casi, no me presta atención, es como si no pudiera verme, es extraño, antes la gente me corría donde estuviese y me miraban con recelo, ahora soy invisible. Desde que comí aquel delicioso plato que me dio la enemiga de Ramón tengo esa sensación de invisibilidad. Me sentí mal unos días, vi llorar a Ramón pero no entendía nada de lo que sucedía. Hace más de seis años que no sé de mi familia, dejaron de quererme, supongo, yo no los olvido, como tampoco olvido al malagradecido de Ramón. Hoy amanecí con un sueño insoportable, poco a poco se cierran mis ojos solo puedo divisar a Ramón que se aleja sin voltear la mirada.
Muy conmovedor. Excelente cierre, me encantó. Los amores que nunca se olvidan, los que permanecen en el corazón marcando nuestro camino. =)
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